Vuelta a las andadas
Sábado por la noche. Dos personas y yo.Un concierto. Todo va razonablemente bien. Fin del concierto. Tres personas más (desconocidas) . Bares (no me van los bares ni las discotecas, nunca se qué hacer, además yo no bailo) .Empiezo a estar sin estar, me borro, no estoy cómoda, acabo por irme. Al final siempre es igual, no sé estar con gente desconocida, enseguida me entra el pánico, la sensación de que pinto yo aquí, el no quiero ser una aguafiestas, mejor me marcho.
Matizo que de las dos personas del inicio, una era completamente desconocida, y la otra prácticamente también, porque como se encargó de recordarme, no sabe casi nada de mí, pero creo que si hubiesemos seguido las tres, quizás, sólo quizás hubiese estado más cómoda; con más gente me diluyo, me ausento; además como ya he comentado aquí antes, no suelo tener nada en común con casi nadie, y me bastó un ratito para saber que con esas personas lamentablemente tampoco tenía absolutamente nada que ver.
Me da miedo, lo reconozco, acabar quedándome completamente sola, en el fondo, no sé lo que busco, pero tengo la sensación de que no lo encontraré nunca, nunca. Y no hablo de amor, que conste, que eso tengo claro que es bastante improbable, hablo de la sensación de estar completamente cómoda con alguien, de una conversación, o de un silencio, pero cómplice, de estar en la misma onda.
1 Comments:
Yo cuando no estoy cómoda también acabo por irme… quizá tengo tan poca práctica de ciertas situaciones que prefiero batirme en retirada…
Yo creo que todos tenemos nuestro ritmo… es así, y no por ello debemos castigarnos pensando que somos peores personas o más inadaptadas…
Tú misma lo dices “con más gente me diluyo, me ausento”, solo te falta práctica, verte, moverte poco a poco, soltarte y terminar por reconocerte completamente a ti misma en esas situaciones…. Cada vez te irás viendo mejor. No te exijas el diez, ni siquiera el aprobado, empieza por algún punto y a partir de ese… adelante, a seguir acumulando.
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