Me meto a veces demasiada presión pensando en cómo hacer qué, cómo rellenar silencios, cómo no meter la pata al decir esto o lo otro...y en realidad las cosas son más sencillas que todo eso.
No tiene nada de malo quedarse en silencio después de un rato de conversación. No es necesario estar el 100% del tiempo hablando para estar a gusto con alguien.
No es un error hablar de una cosa o de la otra cuando la persona que tienes enfrente está dispuesta a escucharte y no tiene ninguna intención de juzgarte. Cualquier tema de conversación contribuye a mostrarte y conocer al de enfrente.
Al final, conectar o no es una cuestión que se escapa bastante de nuestras manos. A veces, por mucho que nos empeñemos no sucederá, y otras, a pesar de los "errores" que creamos haber cometido, lo habremos conseguido. Y yo, cuando esto último me pasa, me siento muy, muy afortunada. Para ser sincera, tanto que casi no me lo creo.
2 Comments:
Completamente de acuerdo, poco más puedo añadir. Es cierto, qué manía de complicarlo todo, con lo sencillo que podría ser...
Podría ser sencillo, si, pero a veces es menos divertido. Digo.
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