Mañana tengo ante mí un reto; el qué no es fácil de explicar, o igual sí, pero prefiero quedármelo para mi, lo importante de la historia es que solo hay dos maneras de salir de esto: o salgo reforzada en mi autoestima y me supone una inyección de autoconfianza, o es un fracaso absoluto y me refuerza en la teoría de que hay cosas que definitivamente no son para mi. No hay término medio. Y, ¿a donde ha acudido mi mente para intentar insuflarme el ánimo? Pues he pensado en alguien, en lo que me diría para convencerme de que puedo hacerlo, que todo va a salir bien, lo he imaginado y me lo he creído (casi). Qué curioso.
Aunque tengo un poco de miedo, bastante miedo en realidad. Pero con el miedo no se va a ninguna parte.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home