Vamos a hacer un ejercicio.
Pensemos en los que sí están y para los que sí existes, y no en los que se marcharon, y ya no están.
Hay que quedarse con los detalles desinteresados de quienes dan sin esperar nada a cambio, y con quienes se acuerdan de tí no solo en los días señalados, sino cuando realmente los necesitas.
Con eso, y con la esperanza de ser capaz de corresponder en la misma medida.
A pesar de que ha sido en buena parte un día para olvidar, necesito quedarme con eso.
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