Una amiga dice que tengo que hacer un esfuerzo y escribir de lo que hago bien, que siempre hablo de lo que no soy capaz de hacer, de lo malo, vaya.
Otra dice que no me pega esta actitud torturada, la del blog y la de algunos correos que han tenido que sufrir varias personas, que en persona no es eso lo que transmito...
No sé, supongo que cuando me pongo a escribir lo hago unicamente para desahogarme, tengo mucho pero que mucho peligro escribiendo, porque soy una cobarde que jamás se atrevería a decir muchas cosas en persona, ni siquiera por teléfono, pero en el blog o los correos, pues...me suelto demasiado y veces el desahogo acaba comprometiendo a gente...aunque me imagino que la situación sería aún peor si fuese igual de pesada y obsesiva en persona que aquí, así que creo yo que de el mal el menos, lo vuelco aquí para dar menos la lata allí...
Aclarado esto, no paro de dar vueltas a algo que me dijo una amiga el viernes, hablando de cierta situación con una persona que yo más o menos le contaba, algo en lo que no me había parado a pensar, y es lo siguiente: a veces se pierde a la gente ( y a veces antes de haberla llegado a tener,de una forma u otra, añado yo), y muchas veces las cosas no dependen de lo que tú hayas dicho o hecho, es así y ya está, habría pasado de todas maneras hubiese sido la que hubiese sido la situación, y esta amiga me decía que cada persona que conocemos nos transforma, nos marca de alguna manera, y que eso es con lo que hay que quedarse...seguramente deba ser así, yo hubiese deseado tener un poquito más de tiempo,más margen, nada más, y sé que en el futuro yo me acordaré perfectamente de esto, y también sé que ella no recordará ni mi nombre, ni mi cara...probablemente hice una montaña de un grano de arena, pero ahora ya no soy capaz de volver atrás, lo que tengo dentro, lo tengo ahí, por muy absurdo que me parezca las pocas veces que lo consigo pensar friamente.