Parada

Puede que tenga que ver en parte con el orgullo y el amor propio
y con sentirse útil y valioso
Las situaciones se repiten, las sensaciones también
Todo pasa excepto lo que nunca cambia
Ahí estoy yo, parada

Reciprocidad

Quizás es que hace bastante tiempo ya que se produjo el apagón (mucho). Tanto que a veces creo que se me ha olvidado besar y que cuando quiera volver a hacerlo no sabré cómo (que angustia, a mis años).Y me ha tocado escuchar bastantes veces eso de tú estás sola porque quieres, pero la verdad es que no es así, ni mucho menos, es solo que las oportunidades que se me han presentado sencillamente eran opciones para los demás, pero no para mí.

Estar colgada de alguien durante años sabiendo que no puede ser es bastante inmaduro (además de poco práctico) pero así fue y de alguna manera eso lo condicionó todo, hizo que pensara que los deseos nunca casarían con las realidades, que llegara la resignación, que asumiera de alguna manera que no podía aspirar a jugar en Primera División teniendo talento solo para Segunda B, así ha ido pasando el tiempo y ahora siento que estoy llegando a un punto en el que tengo una necesidad cada vez mayor de encontrar a alguien por quien yo pueda sentir algo y que el sentimiento sea recíproco, tener esa complicidad, esa confianza, esa proximidad física, ese sentirse especial también porque la otra persona así te ve, pero claro, eso no se puede buscar, no se puede forzar tampoco, eso pasa y ya está...o no pasa.

Para colmo, me torturan con Kiss Fm todo el día en la oficina sonando de fondo...una está muy sensible, qué puedo decir...

Y aún así varias personas me han dicho últimamente que me notaban más contenta,ya veis...si en el fondo no es tan difícil contentarme, intento aplicarme aquello de "No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita", pero una es débil y a veces...

Con un pie dentro y otro fuera

Tengo tendencia a sentirme con un pie dentro y otro fuera dentro de los "grupos". Creo que hay una una especie de barrera que parece ser que impongo, que hace que no sea posible del todo la confianza, y que hace que a veces parece que me haya perdido varios capítulos del libro. Es algo que me pasa ahora con varias personas que tuve la oportunidad de conocer a través de este "mundo blog".

Habitualmente me cuesta expresar los sentimientos, suele generarme ansiedad el hecho de que a gente a la que aprecio mucho sea incapaz de demostrarselo, y suele ocurrir que a veces me alegro en la distancia cuando alguien que me importa está pasando por un buen momento, y lo que es peor, siento impotencia cuando lo está pasando mal, y yo no puedo ni siquiera decir unas palabras que animen, o hacer que hablen del tema porque no existe esa confianza de verdad.

Muchas veces me pregunto, ¿qué pensarán esas personas realmente de mí?,¿qué querrían saber que yo no cuento? ¿realmente saben que pueden contar conmigo, que me importan, que estoy ahí? y no sé, la verdad, supongo que si tienes que preguntartelo esa no es muy buena señal.

No quiero que este post sea negativo porque soy consciente de que he tenido mucha suerte conociendolas, que se han portado muy bien conmigo, y que tengo mucho que agradecer; es por eso mismo por lo que me da rabia no ser capaz de ir un paso más allá y derribar esa barrera que parece ser que yo solita he levantado...en fin, no sé si me he explicado...

Acabo de ser sincera, y probablemente me costará un disgusto, pero es que he decidido no pensar demasiado las cosas que hago, y esa ha sido la primera consecuencia de ello...solo espero que no se enfade demasiado y me mande a la mierda...la suerte está echada.

Tenemos chica nueva en la oficina...

Primer día.
Me dan vuelta en la cabeza dos frases:
"Nunca tienes una segunda oportunidad de causar una primera impresión"
"Las vidas van siempre en borrador, tal que asi las padecemos, nunca da tiempo a pasarlas en limpio"
Bien, de momento...a ver como evoluciona la cosa

Paciencia y recompensa

Me gustan los discos que no enganchan a la primera, sino que van ganando con las sucesivas escuchas, que en cada una vas descubriendo cosas nuevas que te gustan, en contraposición con los que parece que te gustan la primera vez, y después de varias veces acabas hartándote de ellos.

En el caso de las películas, prefiero con mucho una peli que empiece titubeante y que va entonándose según avanza, que la que comienza enganchándote y se va desinflando poco a poco.

Creo que con las personas pasa un poco lo mismo; a veces quiero pensar que yo soy como uno de esos discos o esas pelis, igual que hay que tener paciencia y tomarse el tiempo de escuchar el disco varias veces, y que hay que dejar que avance la película para que mejore, y no marcharse nada más empezar, conmigo puede que algún día alguien tenga la paciencia de quedarse, vea que quizá soy mejor de lo que parezco, y puede, no sé, que le merezca la pena el esfuerzo.

Me pasé de parada.

Hoy me ha pasado una cosa curiosa,extraña para mí, porque sé que hay gente a la que le pasa de vez en cuando, pero a mí no me había pasado nunca, la verdad. Al volver de trabajar en el metro, me he pasado de parada, y pensareis que tal vez iba leyendo, pero no, hoy no iba leyendo; el caso es que tengo el recuerdo de haber visto el cartel de la parada y el color identificativo de la misma, pero, no sé, mi cabeza no lo ha reconocido; yo supongo que iría pensando en mis cosas, concentrada en ellas, pero tampoco sabría decir en qué estaba pensando en ese justo momento. Como ha dicho mi madre cuando se lo he contado: "desde luego,hay que ver cómo están las cabezas".

Espero no pasarme de parada en los viajes importantes, en esos en los que no puedes tomar el tren en sentido contrario y volver atrás.

Sobre la necesidad de contar

Hablaba hace unos días con una amiga(espero que no le importe que le llame así), que mi blog era así de negativo porque, a diferencia de otras personas que tienen más facilidad, o sienten más la necesidad de contar sus pensamientos y experiencias, con lo bueno y lo malo, que igual que quieren desahogarse cuando hay algo negativo en sus vidas, quieren también transmitir cuando las cosas van bien, yo realmente suelo tener necesidad de escribir, de soltar lo que tengo dentro, cuando ésto me preocupa, me atormenta, y sin embargo mi necesidad es mucho menor, casi nula, cuando se trata de plasmar aquellos momentos en los que por pequeñas o grandes cosas me siento bien, normalmente esos me limito a disfrutarlos sin necesitar contarlos.

Supongo que si en todos los casos de personas que escriben blogs, la imagen que tenemos es, si no distorsionada, si que muy parcial, porque no deja de ser una pequeña parte de sus vivencias y pensamientos, en mi caso hace que esta sensación se acentúe, porque parece que solo saliera lo malo, parece que yo fuese una arrastrada que ve su vida tan negra como el fondo de este blog, y eso tampoco es exactamente así; soy consciente de lo afortunada que soy en algunas cosas, pero ya se sabe lo que se suele decir, no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes, y hasta entonces no le haces aprecio, y sin embargo las carencias están ahí, permanentes,recordandote lo que no tienes, lo que no eres, lo que probablemente nunca tendrás ni podrás ser...y es entonces cuando este espacio, con lo que tiene de desahogo, tiene más sentido para mí.

De dudas, decisiones, y más dudas

Lo bueno de pensar las cosas 50 veces es que después de dar vueltas para hacer algo, te puedes dar cuenta de que es una estupidez, y dar marcha atrás a tiempo.

Lo malo de pensar las cosas 50 veces, hasta las más (en apariencia) insignificantes, es que una se vuelve loca de tanto pensar y después de tomar una decisión y llevarla a cabo, acabas creyendo que te equivocaste, que de todas las opciones escogiste la que no era.

Otra vertiente es pensar las cosas después de que han pasado, aunque seamos conscientes de que por mucho que pensemos en ello no vamos a hacer que sucedan de forma distinta a como pasaron; por ejemplo, ayer eludí contestar directamente a una pregunta, no sé me da bien mentir (aunque en realidad no llegué a hacerlo),y llevo desde entonces sintiendome cobarde y culpable, y pensando que quizás tenía que haber respondido de otra manera, que tenía que haber sido clara. Probablemente si hubiese sido clara, lo que hubiese conseguido es que la persona que me hizo la pregunta me dejara de hablar, y entonces, ¿qué estaría haciendo yo ahora?... efectivamente, estaría preguntandome si no hubiese sido mejor haberme callado la boca.

Hacerse ilusiones

Hacerse ilusiones no es tan malo, aunque sepas que no es verdad, que no va a pasar, aunque en el fondo no te permitas despegar los pies del suelo ni perder la perspectiva y te des cuenta perfectamente de que es una quimera; quizás la clave esté en eso, en lograr el equilibrio entre el autoengaño y el ser perfectamente consciente de la realidad; ¿o acaso ese equilibrio es imposible?