Miras a alguien y es como verte en un espejo, se siente como tú te sientes o has sentido, le invade la tristeza como a tí sin un "gran motivo" concreto, se deja vencer como tú te dejas vencer, le cuesta expresar las cosas como a tí te cuesta, se aisla como tú te aislas...y entonces es cuando realmente te das cuenta viéndolo en otra persona de lo difícil que a veces se lo pones a los otros, y de que la solución principalmente tiene que salir de una misma; si no, no hay nada que hacer.
Ayer me veía diciendo las frases que tantas veces me han dicho a mí para que saliera de donde me había metido, creyéndomelas, sin duda, pero sabiendo perfectamente lo que siente la persona que las escucha y lo complicado que es pasar de admitir qué es lo que debes empezar a hacer, a ponerlo en práctica realmente.
Ahora, no voy a pasar de largo, me pienso quedar, y mentiría si no dijera que lo hago tanto por ella como por mí.