A veces hasta la misma oscuridad tiene el resplandor de una promesa”
(Joseph Conrad- La línea de sombra)
Nunca se acaba de perder la esperanza del todo, aunque probablemente sea a la vez un balón de oxígeno y una trampa.
"Ya sólo puede ir mejor y está cerca el momento, espera que sople el viento a favor"
A veces hasta la misma oscuridad tiene el resplandor de una promesa”
"Fuera, todo se movía demasiado deprisa, le daba la sensación de tener que estar subiendo continuamente a un tren en marcha, de que a menudo, por mucho que corriese, cuando el llegaba ya se habían llevado a otra parte el lugar al que iba. Le pasaba en las fiestas, en las reuniones con amigos, en las comidas de la empresa, se sentía de pronto al margen, descolgado, alguien a por quién los demás tenían que estar saliendo continuamente para meterlo otra vez en la conversación."
Mi sobrino está ingresado en el hospital. No es grave, parece que es solo una grastoenteritis, pero claro, al ser tan pequeño se ha deshidratado un poco, tiene fiebre,en fin. Ayer estuvo bastante mal, hoy parece que estaba un poco más animadito, pero tiene que seguir ingresado. Y yo, que llevo unos días bastante sensible, ayer pasé un día horrible. Me dí cuenta de lo débil que soy, cuando le ví, con el suero puesto, con carita de estar pasandolo mal, se me cayó el mundo encima. Y eso que no es nada importante, que se le pasará en unos días, pero me ha dado para pensar en cómo afrontaría yo la enfermedad de alguien que quiero mucho. La viví con mi padre, pero murió cuando yo tenía 13 años, en una edad en la que no eres una niña pero tampoco se te puede pedir que actues como una persona adulta, asi que realmente no fuí consciente de todo el alcance de la enfermedad hasta el momento final. Y ahora, que soy mayor, querría si llegara el momento, saber encarar la situación, tener entereza para poder ayudar a esa persona de alguna forma, al menos dando ánimos y fuerza, pero a veces creo que no sería capaz, y que lo afrontaría mejor si fuese yo la enferma que viendo a alguien que quiero sufrir.
Esto es como tener vértigo, no puedes explicarlo de manera que sepan qué se siente a quien no padece de ello y nunca lo ha sufrido.
A veces me siento como un perrillo mendigando cariño. No lo hago conscientemente, pero cuando después reflexiono y me analizo, esa es la sensación que tengo. Y la verdad es que resulta miserable a la vez que patético.
No era el momento. No era el momento, no es lo que quieres en realidad, no buscas cruzar esa línea. Eso es lo que me digo para justificar mi cobardía, para no atreverme, para no intentar averiguar si la piscina está vacía o no.
Antes que nada, por si le interesa a alguien, superé el reto al que me refería en el post anterior, sí, prueba superada, hizo que me sintiera por una vez orgullosa de mí, aunque esa sensación me dure siempre muy poco...en fin, pero esta vez sí pude salir airosa.
Mañana tengo ante mí un reto; el qué no es fácil de explicar, o igual sí, pero prefiero quedármelo para mi, lo importante de la historia es que solo hay dos maneras de salir de esto: o salgo reforzada en mi autoestima y me supone una inyección de autoconfianza, o es un fracaso absoluto y me refuerza en la teoría de que hay cosas que definitivamente no son para mi. No hay término medio. Y, ¿a donde ha acudido mi mente para intentar insuflarme el ánimo? Pues he pensado en alguien, en lo que me diría para convencerme de que puedo hacerlo, que todo va a salir bien, lo he imaginado y me lo he creído (casi). Qué curioso.
Yo vivia tan feliz de lectora y comentarista de blogs. Como tal conoci a gente y se me descubrió un mundo diferente y enriquecedor para mi. Pero no me quedé ahi. Tal día como hoy hace un año empecé este blog. Un año, parece mentira. Comencé convencida de que no duraría casi nada escribiendo y ya ves, a lo tonto te plantas en un año. Me imagino que de alguna manera el blog ha cumplido la labor de desahogo para la que fue creado, aunque yo no haya dejado de batallar conmigo misma sobre la aparente contradicción de ser alguien a quien le cuesta decir como se siente y a la vez lo expone en un lugar donde cualquiera puede leerlo. Quizás ha ayudado el hecho de que este no ha sido un sitio muy transitado, asi que la sensación de intimidad de alguna manera la he podido mantener.
Siempre he admirado a la gente que es capaz de describir cómo se siente con palabras, con esas palabras precisas, esas y no otras. Porque yo empiezo a aprender ahora y aún ando en pañales.